Ep #10: Mi primer concierto (al que asistí)


Aún lo recuerdo, las calles abarrotadas de gente con camisetas negras. El olor a cerveza en el aire, los gritos de lado a lado de la calle y las ansias por entrar.

Domingo 07 de marzo de 2010, una tarde calurosa en Tibás, San José, Costa Rica. La fila daba vuelta al Estadio Ricardo Saprissa; aún puedo ver el desmadre si cierro los ojos y me concentro, toda la conmoción por ver a Metallica.

Estando en décimo año del colegio, Metallica era parte esencial de mi soundtrack de vida, desde que salí de la primaria hasta la fecha los escucho; pero en mi adolescencia fueron piedra angular de mi dieta sonora junto a bandas como Tool y Iron Maiden.

Ese domingo el metal fue soberano en mi vida, pues además del acto principal, Mastodon también se presentó en vivo acompañando el World Magnetic Tour de los grandes del trash. He de admitir que no les conocía y me lleve una muy buena primera impresión.

Frente al costado sureste del estadio, en El Bar de Mata las birras pasaban de manos al pavimento, la gente coreaba canciones y el ambiente jovial me impactó; siendo un chamaco de 15 años que nunca había experimentado algo similar.

La carrera de la entrada del estadio hasta la barrera fue confusa, implicó mover las piernas lo más rápido posible (una gran asaña para un adolescente con sobre peso y asma) y sin pensar en otra cosa que “necesito ver esto lo más cerca que pueda”.

Justo en el momento que me acomodé, empezó a tocar Mastodon, un set con canciones como Quintessence, Ghost of Karelia, Iron Tusk y March ofthe Fire Ants. 

Siendo un completo desconocido a su música me dediqué a poner atención y pues lo que escuché me gustó tanto que quedé con la idea de volver a oírlo por días. La batería y la guitarra tenían algo que me convocaba a decir “Mastodon es pichudísimo”, y pues escribiendo esta pieza, el set me parece impecable y me recuerda el verdadero agasajo de ver a estos titanes en vivo.

En tanto a la carne del texto, Metallica fue genial. Presentando un set con clásicos como Ride the Lightning, Sad but True, One, Master of Puppets, Enter Sandman y canciones nuevas para aquel momento como Cyanide.

Un show visualmente impresionante con luces y pirotécnica que calentó el estadio, especialmente por ser dos columnas de fuego a cada lado del escenario (so metal, para los ojos de un quinceañero era lo máximo).

El cuarteto cerró su presentación con tres canciones encore: Stone Cold Crazy, Battery y Seek and Destroy, que emocionaron al estadio y terminaron de dejar afónicos a los costarricenses.

Por mi parte, fui llegando a la 1am a mi casa, luego del atasco vehicular terrible y al día siguiente fallé un quiz de inglés en el que había que cantar y apenas me salía la voz.

En definitiva lo valió y para ser mi primer concierto, fue demasiado genial.

Recuerdo físico de aquel día


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